“Durante la estadía en Reikjavik, viajamos cuarenta kilómetros al suroeste, hacia la península de Reykjanes.
Allí nos esperaban, bajo la fría llovizna y en medio de un páramo de rocas de lava cubiertas de hielo, un asombroso conjunto de modernos edificios y un parking en el que entraban y salían buses repletos de turistas, en su mayoría chinos.
La mundialmente famosa Blue Lagoon (Laguna Azul), principal destino turístico de la isla, es un lugar maravilloso y fantasmagórico, al tiempo que un poco difícil para quien la visita sin la cobertura de un grupo organizado (descártese para un presupuesto “normal” cualquier intento de almorzar en el restaurante de la locación: un plato suelto de pescado común y corriente cuesta, por ejemplo, unos 45 euros, a lo que hay que sumarle bebidas y demás). Luego de largas filas, al visitante le “tiran” una toalla, y sin demasiadas explicaciones lo dejan pasar a los vestuarios, donde lleva un tiempo descular -entre espesos contingentes de visitantes- cómo funcionan los armarios automatizados. Como es obligatorio ducharse antes de entrar a la laguna, hay que hacer de tripas corazón para atravesar -en ese estado de indefensión, mojado y cubierto sólo con malla y toalla, bajo vientos y garúas que llevan la sensación térmica a cinco o diez grados bajo cero- los cinco o diez metros entre la salida de los vestuarios y el ingreso a las aguas cálidas (sólo al volver al vestuario el visitante primerizo se da cuenta de que hay -sin ningún tipo de señal que lo indique- un corredor acuático que permite entrar directamente a las aguas desde el interior del edificio, pero ya es demasiado tarde). Mencionado lo anterior, hay que decir que la experiencia vivida valió con creces haber pasado tales dificultades. Es de ciencia ficción el dejarse flotar en aguas termales a 38 grados, cargadas de sílice y otras sales muy saludables, mientras se toma una cerveza en el bar de la laguna y se contemplan, entre los vapores que cubren toda la superficie acuática, paisajes de otro planeta.”
Escrito en febrero de 2018.