Este poblado cordillerano, fundado en 1985 a la sombra de la mole de piedra que es el cerro Fitz Roy, se ha convertido en la capital nacional del trekking. Efectivamente se anda mucho entre lagos, lagunas y cornisas, por los extensos senderos que parten de El Chaltén. Y por las noches, siempre hay en la aldea algún cálido refugio disponible para el caminante agotado.