El norte neuquino es de una aridez extrema y desoladora, pero el esplendor de Vaca Muerta yace debajo de lo que se presenta en el paisaje, y se deja ver en las altísimas torres dedicadas al fracking y en el vertiginoso crecimiento de Añelo (hasta hace poco un pequeñísimo pueblo ignoto, ahora capital de Vaca Muerta).
Al final del día, la refrescante y arbolada villa de Chos Malal.