Volver después de 27 años al lugar de los faraones del Imperio Nuevo, desde otro lugar, con otra perspectiva.
Volver a sus grandes Templos.
Y volver a sus “tumbas” que no son tumbas, sino verdaderos Palacios para la Vida Eterna, cavados en la roca del Valle de los Reyes, al otro lado del Nilo, en la ribera occidental, donde se pone el sol cada día, y donde se oculta la vida. Para regresar, una y otra vez.