Atento a las indicaciones del Libro de Viajes de Benjamín de Tudela, pero también a los hechos trascendentes narrados por el Éxodo bíblico (en esta zona se habrían asentado José y sus descendientes, y de allí habrían partido Moisés y el pueblo hebreo), y a los hechos históricos que se entremezclan con tales relatos (tanto los invasores hicsos como Ramsés II habrían establecido sus capitales en la misma región), dediqué una jornada a explorar estos parajes de difícil acceso al noroeste de El Cairo.

Junto a las ruinas de Tell Basta o Bubastis, donde habría buscado refugio la Sagrada Familia, y donde alguna vez estuvo el Templo a Bastet (antiquísima diosa de lo felino), conocí el monumento a Mereth-Amón (hija de Ramsés II) y visité un bien surtido Museo de antigüedades.

Más al norte la localidad de Tanis (explícitamente nombrada por Benjamín hacia el final de su narración) superó mis expectativas. Supe que cuando las últimas Dinastías rindieron allí culto al dios Amón, fue llamada la “la Tebas del Norte”. Hay también en Tanis un pequeño Museo que es antesala del importante yacimiento arqueológico en el que los expertos no dejan de realizar, año a año, nuevos hallazgos.