En la zona céntrica, no muy lejos del Zócalo, adyacente a la Alameda y al Palacio de Bellas Artes, esta Torre permite apreciar la gigantesca dimensión de la capital mexicana. Data de mediados del siglo XX, y su construcción antisísmica le permitió hacer frente a pequeños temblores y a terremotos catastróficos sin inmutarse. Es ideal contemplar el crepúsculo desde el piso 43