Para los griegos contemporáneos es un inmenso parque de treking, camping y actividades de alta montaña.
Para los antiguos, fue la Casa de los Dioses… del Olimpo, donde el gran jefe Zeus presidía una vorágine de amores intensos y celos despiadados, e intentaba manejar la siempre conflictiva relación con los mortales.
Para mí fue una breve caminata entre la alegría dominguera y carnavalesca de los pobladores de Litóchoro, con almuerzo de ocasión en la pintoresca avenida Agiou Nikolau, y un dejar volar la imaginación entre lo milenario y lo actual, frente a los nevados picos del sacro Monte, que asomaban al final del caserío.