Volví de Grecia luego de 25 años, y recordé su belleza, su atractivo, sus múltiples dimensiones.
Esta vez con más bagaje en mis neuronas, más acervo, más background, la exploré con mayor profundidad.
Vi los rastros del Minotauro en Creta, los claroscuros del Peloponeso, los escenarios de las grandes batallas que nos cuenta la Historia Antigua, la Macedonia de Alejandro Magno y de Aristóteles en el extremo norte, los míticos restos de Delfos, Tebas y Eleusis… 
Y por supuesto el Mar Egeo, y la inconmensurable Atenas.