“En una célebre exégesis del Zohar sobre el Génesis (12:1), se expresa la postura del místico. La Palabra de Dios a Abraham, Lej lejá (‘ve-te’), no quiere decir solamente su sentido literal “ponte en marcha“, es decir, no sólo está en relación con la peregrinación de aquel que se interna en el mundo por orden de Dios, sino que también se puede leer en su literalidad mística como ‘ve hacia ti‘, hacia tu propio yo.” 
                                             Gershom Scholem, La Cábala y si simbolismopg.16 (edición Siglo XXI, 2001)

Hay una “ciudad de la Cábala“, está en el norte de Israel, en Galilea, y su nombre es Safed (o Tzfat, o Zefat).
Desde allí, donde me instalé varios días con sus noches, exploré la Galilea y su Mar, Tiberíades y el nacimiento del Jordán, los Altos del Golán, Nazareth y Acre. Fueron días en los que también aprecié los altibajos de las calles que se el elevan hasta la Citadela (fortaleza de vigilancia de la villa durante siglos, hoy parque central), sus espacios culturales y artísticos como el Centro Latino y la Tzfat Gallery of Mystical Art, y las dos arterias principales: la comercial avenida Jerusalén, y la avenida Arlozorov, que en su segmento de callejón medieval techado alberga un impresionante mercado de artesanías de altísima calidad, y en en uno de sus extremos el pequeño muy recomendable local gastronómico yemenita Lahuhe.   
Pero hubo una de esas jornadas en la que pude acceder a otra dimensión de la ciudad mística: fue cuando la recorrí, de la mano del sabio y cantor-hasán “Rebe David-Meir” (oriundo de Baltimore, con casi tres décadas en Safed) y del guía chileno Aryeh. Visité entonces preciosas sinagogas de muchos siglos de existencia, yeshivot (escuelas donde la letra de la Torá se lee y se transmite de generación en generación) y el alucinante cementerio azul con vista al Monte Merón, en cuya cima se encuentra -importante lugar de peregrinación para el judaísmo ortodoxo- la tumba de Simón Bar Yohai, el rabino que en el siglo I de nuestra era, en medio de la persecución romana, habría escrito el Zohar, obra cumbre de la Cábala judía. En este cementerio están las tumbas de los grandes cabalistas del siglo XVI, que convirtieron a Safed en el centro mundial de la disciplina: el español Moisés Cordovero, y el jerosolimitano Isaac Luria.
“¿Sabés por qué predomina esta tonalidad azul-celeste en Safed?” me preguntó Reb David, y respondió: “porque es el color del mar, del cielo y del zafiro“. Entre el cielo, el mar y el azul mineral terrestre, transcurre Safed (o Tzfat, o Zefat), una de las cuatro ciudades santas del judaísmo (junto a Jerusalén, Hebrón y Tiberíades).